Así que estaba claro que la tarta sería de gatos, evidentemente. Pero claro, tenía que ser algo elegante, porque los gatos suelen rozar el infantilismo, y me acordé de una tarta que vi hace tiempo por Internet, (siento no poder nombrar a la creadora, porque no me acuerdo), en la cual me inspiré.
Y este fue el resultado final. Me gusta mucho como quedó, la encuentro muy fina y además la combinación del blanco con el negro me encanta.
Las sombras están cortadas a mano, sin molde, simplemente copiándolas
a ojo de una página de Internet.
La cenefa negra no es más que una tira de fondant al que le pasé el marcador de costuras y al final me gustó más de lo que pensaba, porque parece un encaje.
Además el factor sorpresa también fue importante. Mónica de broma me dijo que le podría hacer una tarta y le dije que me era imposible, porque ese fin de semana trabajaba y no me iba a dar tiempo, aunque ya llevaba un par de días con los preparativos, jijiji. Lo celebraban en un bar de Son Oliva, el rincón de Sebas, y Silvita y yo nos fuimos una hora antes a llevarla. Después nos fuimos al parque a hacer tiempo y nada más llegar Mónica mi Silvi, que es muy inocente ella, le dijo que no le habíamos traído ninguna tarta de gatitos, jejeje. La cuestión es que ellas habían comprado otra tarta y cuando salí con esta se llevaron una gran sorpresa.
Muchísimas felicidades mis niñas, ya sabéis lo que os quiero!!!! Satisfecha por otra tarta hecha con amor.
Enhorabuena!! pásate por nuestro blog, tienes una cosita:)
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