LA PISTA DE TENIS

Creo que ya he mencionado a Sebas, el bueno de Sebas, una persona que me produce sensación de bienestar.  Desde el primer momento surgió el feeling entre nosotros, y menos mal, porque mis primeros momentos en el Casal de Son Roca no es que fueran muy agradables que digamos. Me sentía desterrada, y la verdad és que ese día había llorado mucho y de hecho llegué llorando. En fin, esa es otra historia, que me voy por peteneras...
La cuestión és que cuando Sebas se enteró que hacía tartas, ya le había encargado una a una amiga suya. Pero la fortuna quiso que su amiga estuviera de viaje por esas fechas, así que me hizo a mi el encargo.
La historia era que le estaba preparando una fiesta sorpresa a su madre y quería que la tarta fuera una pista de tenis. Ella ha sido jugadora profesional, de hecho lo sigue siendo. Pero no le gustan nada los colorantes, es muy naturista. Así que mi cabeza empezó a darle vueltas...
Para no ponerle mucho colorante al fondant, pensé en hacer la pista de tierra batida, así le pondría galleta picada mezclada con colacao para que fuera mas oscura. Los bordes blancos y con unas cuantas rosas hechas artesanalmente, porque sabía que le encantan esas flores.
El relleno lo hice de bizcocho de zanahoria, con una capa de mouse de chocolate con nueces y cubierto por un bizcocho de chocolate.
Y el resultado fué este

Pusimos el toque de humor con esa pobre mujer aplastada por la pelota gigante, ideado y modelado por Sergio. Y dió resultado, ya que estuvieron riéndose mucho.
En fin, una tarta hecha no sólo con amor, esta tarta está hecha con el alma.